Podemos hablar sin cesar sobre gastos impulsivos innecesarios y determinación, pero en realidad, nuestros ingresos y éxito financiero dependen en gran medida de cómo los percibimos.
Como siempre, la mentalidad lo determina todo. Pero, ¿qué creencias y convicciones, en realidad absolutamente irracionales e incluso peligrosas, contribuyen a la pérdida de dinero? Usted puede ser productivo y trabajador, levantarse antes del amanecer y vivir en su trabajo incluso los fines de semana, y aun así apenas llegar a fin de mes. ¿Dónde está el problema? Precisamente en estas creencias. En este artículo hemos recopilado las más comunes y explicamos qué hacer con ellas.
Creencia 1. "No se puede ganar todo el dinero del mundo"
Si lo analiza lógicamente, esto es cierto: nunca podrá ser el único dueño del 100 % de la riqueza mundial, a menos que se diera algún escenario postapocalíptico. Sin embargo, esta afirmación no se basa en la lógica, sino en el miedo. Esta frase funciona como un mecanismo de defensa, un intento de convencerse de que, dado que es imposible, ni siquiera vale la pena intentarlo. Por lo general, las personas usan esta creencia para justificar la falta de un plan de acción concreto o su baja productividad. Es peligrosa porque brinda una falsa sensación de calma y comodidad, pero al mismo tiempo, le arrebata a uno las oportunidades y el deseo de alcanzarlas.
¿Qué hacer? Definir sus intenciones. No necesita todo el dinero del mundo, sino la cantidad suficiente para lograr su objetivo. ¿Cuál es? Calcule una cifra específica. Esa es la cantidad que debe aspirar a ganar. Cualquier suma concreta es alcanzable, incluso si se trata de mil millones. Sea específico y evite operar con conceptos abstractos como "mucho" o "todo".
Creencia 2. "No todos están destinados a ser ricos"
Si usted cree que para hacerse rico es imprescindible tener una educación especializada (por ejemplo, en economía), experiencia en un campo específico, familiares exitosos o simplemente suerte, le sugiero que busque información sobre personas famosas y lea sus biografías. No existe ningún secreto ni "don especial" que ellos tengan y usted no. Tal vez piense que todo se debe a un número especial en su "matriz del destino" o a la alineación de los planetas en el momento de su nacimiento, pero esto no es más que pensamiento mágico: encontrar explicaciones irracionales a fenómenos completamente racionales porque, nuevamente, esto brinda calma y protección.
¿Qué hacer? Como se mencionó antes, lea historias de personas exitosas, vea películas basadas en biografías reales y rodéese de personas prósperas y adineradas. Si interactúa directamente con expertos ricos y reconocidos, pronto se dará cuenta de que no hay nada especial en ellos, excepto su perseverancia, ética de trabajo y claridad en sus objetivos. Y estas son habilidades que cualquiera puede desarrollar.
Creencia 3. "Nací en el momento equivocado, ahora ya no hay tantas oportunidades"
¡Curiosamente, cada generación dice esto sobre su época! Pero, en realidad, el mercado siempre se rige por las mismas leyes, y son las mismas personas -las determinadas y persistentes- quienes logran el éxito. Si hacemos una comparación, hoy en día hay muchas más oportunidades que hace veinte años, y todo gracias a internet, que ha generado sectores rentables como el IT, las criptomonedas, las tiendas en línea, entre otros. Además, todas estas oportunidades tienen una barrera de entrada baja, lo que significa que se pueden aprovechar sin necesidad de una formación especializada o una preparación previa.
¿Qué hacer? Infórmese sobre las tendencias actuales que pueden ayudarle a optimizar su trabajo, aumentar su eficiencia o abrir nuevas fuentes de ingresos. Por ejemplo, Lectera ofrece un mini curso gratuito que le enseña cómo integrar la inteligencia artificial en los negocios, así como una variedad de cursos sobre marketing digital.
Creencia 4. "Hay que vivir el presente"
Esta creencia conlleva un comportamiento destructivo, al cual es muy placentero ceder en el momento, pero que destruye su futuro. No ahorrar, gastar de manera impulsiva y por deseos momentáneos, no llevar un presupuesto, no estar al tanto de la inflación: así es como se ve en la práctica "vivir el día a día". A esto también se le puede sumar "no cuidar de la salud", "no hacer ejercicio" y, en general, no hacer cosas que son beneficiosas pero que no brindan placer (o que, por el contrario, son desagradables). En esencia, se trata de la falta de planificación y de un infantilismo que parece conveniente hasta que uno intenta vivir de otra manera y se da cuenta de cuánto ha perdido ya y cuánto más podría perder.
¿Qué hacer? ¡Planificar! Comience estableciendo planes a corto plazo si le resulta difícil pensar a largo plazo. Empiece con dos semanas, luego un mes, después seis meses y así sucesivamente. Olvide el miedo a "hacer planes para el futuro". No está adivinando, está organizando su vida, y eso es completamente diferente. La planificación le permite administrar mejor sus recursos, tanto financieros como personales, y convertir sus sueños en realidad. Y usted tiene sueños, ¿verdad? Si vive únicamente el presente, nunca podrá alcanzarlos.
Creencia 5. "Solo se puede confiar en los bancos"
Esta creencia, por lo general, es formada de manera involuntaria en nosotros por nuestros padres, a quienes les tocó vivir fuertes crisis económicas durante sus mejores años. Incluso si una persona nunca ha experimentado algo similar de manera personal, el primer pensamiento que le viene a la mente cuando se trata de guardar dinero es depositarlo en un banco para obtener intereses. Pero he aquí el problema: en 2024, el nivel de inflación ya es más alto que la tasa de interés que ofrece la mayoría de los bancos. Los bancos grandes aún permiten, de alguna manera, compensarla, pero en las circunstancias actuales, lamentablemente, esta es una forma poco prometedora de almacenar dinero y, considerando la inflación, tan peligrosa como cualquier otra opción.
¿Qué hacer? Explore alternativas para proteger sus ahorros, como la creación de un portafolio de inversiones. Si le preocupa la volatilidad, puede considerar opciones más estables como el oro. A diferencia de lo que muchos creen, esta estrategia no es menos segura que un banco, siempre que diversifique sus inversiones.
Creencia 6. "Hay que invertir solo cuando ya se es rico"
Este pensamiento suele reforzar el anterior y viceversa. Muchas personas creen que invertir es complicado y arriesgado, y que no vale la pena cuando solo tienen una cuenta con un saldo modesto. Sin embargo, si analiza las biografías de personas exitosas, verá que la mayoría de ellas aprendieron a invertir a tiempo y no tuvieron miedo de hacerlo. Otra variante de esta creencia es: "Mis pequeños ahorros no me darán ninguna ganancia". Pero esto también es falso. Hoy en día, existen muchas herramientas de inversión accesibles y de bajo riesgo. Puede comenzar con cualquier cantidad, incluso con el costo de uno o dos almuerzos.
¿Qué hacer? Abra la aplicación de su banco y revise qué instrumentos de inversión están disponibles para usted con un capital mínimo. Lo más probable es que sean acciones o bonos (estos últimos son a largo plazo y confiables, como un banco, lo cual es adecuado si se ha identificado con la creencia número cinco). Para comenzar, invierta una cantidad que no le duela perder, digamos, $10, y asegúrese de tomar un curso sobre "Inversión en el mercado", que le ayudará a construir un portafolio adecuado y disipará sus dudas.
Creencia 7. "El dinero corrompe a las personas"
Esta es otra creencia que suele "heredarse" y que se basa en experiencias de resentimiento, humillación o decepción. Puede actuar como un mecanismo de autodefensa ("¡Al menos soy honesto!") y generar miedo a manejar grandes sumas de dinero.
¿Qué hacer? Reflexione sobre todo el bien que se puede hacer cuando se tiene dinero: donaciones a la caridad, empleo y pago justo a los trabajadores, creación de fundaciones propias, inversión en ciencia y educación, entre otros. El dinero permite cambiar la sociedad y, además, le ayuda a cuidar mejor de su familia y seres queridos. Si siente que esta creencia tiene un impacto fuerte en usted, haga una lista de los beneficios sociales y personales que el dinero puede brindar, junto con razones por las cuales no cambiará su esencia. Por ejemplo, en su vida ya ha enfrentado diferentes situaciones sin perder sus valores, ¿verdad?
Creencia 8. "No estoy acostumbrado a esperar, necesito resultados inmediatos"
Las personas con este pensamiento tienden a tomar decisiones impulsivas y a enfocarse en beneficios a corto plazo, lo que les priva de oportunidades y perspectivas más valiosas a largo plazo. También son más propensas a hacer inversiones irracionales, como caer en esquemas piramidales o en otras trampas que prometen "riqueza inmediata". La diferencia entre las personas exitosas y el resto es que ellas buscan formas de generar ingresos sostenibles en lugar de ganancias rápidas.
¿Qué hacer? Entrene su paciencia. No existe una fórmula mágica para volverse rico de la noche a la mañana. Las historias de personas adineradas demuestran que todas ellas comenzaron desde abajo, enfrentaron fracasos y, sobre todo, supieron esperar. Para empezar a desarrollar esta mentalidad, intente algo simple: plante una semilla y cuídela hasta que crezca una flor. Observe lo lento que es su crecimiento, pero cómo su atención y riego constantes la ayudan a prosperar.
Creencia 9. "Para ganar más, hay que trabajar más"
Esta es la única creencia de esta lista que no es directamente un error, y sin embargo está aquí. ¿Por qué? Aumentar la carga de trabajo y esforzarse más es la forma más sencilla de ganar dinero, pero está lejos de ser la más eficiente e incluso puede ser destructiva, ya que conduce al agotamiento emocional. Y el agotamiento emocional es un estado en el que definitivamente no se puede ganar dinero. Además, el mercado laboral y los empleadores actuales ya no se conforman con empleados simplemente trabajadores; necesitan algo más, como la especialización y las habilidades blandas (soft skills).
¿Qué hacer? Optimice su trabajo actual, redefina sus objetivos y planifique los pasos para alcanzarlos. Es probable que, en este proceso, se dé cuenta de que no necesita aumentar su carga de trabajo, sino mejorar la calidad y cantidad de sus habilidades, capacitarse, reorganizar su flujo de trabajo y adoptar nuevos enfoques. Un curso como "Establecimiento de metas: cómo fijarlas y alcanzarlas de manera efectiva" de Lectera puede ayudarle en este proceso.
La influencia de nuestra mentalidad en nuestra vida y desarrollo no puede subestimarse. Todas las creencias mencionadas anteriormente son simplemente hábitos perjudiciales de los que debemos deshacernos para mejorar nuestra situación financiera. Hágase preguntas a sí mismo y cuestione sus miedos y dudas para identificar cuáles le están frenando. ¡Si lo hace, inevitablemente saldrá a la superficie y avanzará hacia el éxito!